Es otoño y las calabazas están en todo su esplendor. Seguramente aquel famoso baile en que un príncipe se enamoro de una muchacha con zapatos de cristal, se produjo en esta época, y por eso ella pudo viajar en una hermosa carroza naranja.
Me gustaría poder enseñarles a convertir calabazas en carruajes, o en automóviles familiares, pero desconozco esa receta; aunque tengo otra, mucho más sencilla, y muy apetitosa con el frío que hace.
De modo que eso es lo que voy a compartir en este blog, la receta de la crema de calabaza, también llamado zapallo.
1 calabaza de buen tamaño
1 cebolla de buen tamaño, o dos
Pelar la cebolla y cortarla en cuadraditos, sofreírla en aceite, hasta que se vuelva translucida.
Pelar la calabaza y cortarla en trozos no muy grandes.
Añadir la calabaza y el caldo y dejarlo cocer a fuego lento durante 20 minutos o hasta que la calabaza esté blanda.
Pasar la mezcla por la batidora o el pasa puré manual (opción ecológica) hasta que quede homogénea y pasarla de nuevo a la olla.
Salpimentar al gusto, hay personas que le añaden nata, otras puré de papas, otras un poco de leche, y calentar a fuego lento, hasta que esté muy caliente. Servir la crema adornada con unas hojitas de hierbabuena, por ejemplo.
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